jueves, 26 de febrero de 2009

La Depresión y el Daño Colateral

El ser humano es asombroso por naturaleza, tiene la capacidad de crear cosas extraordinarias, partiendo unicamente de una idea y algo de ingenio. De convertir en arte, cosas que sacadas de su contexto parecen a simple vista, pedazos de chatarra, basura o manchas. De componer melodías y canciones de sonidos originados en cualquier cosa, desde el canto de las aves hasta el goteo del agua al chocar contra una roca.


Pecando un poco de egocéntricos, se dice que somos la creación más importante de la tierra y por ende, se piensa que provenimos de un ser superior. Nuestra habilidad de pensar y de crear, nos han colocado en la cima de la escala evolutiva.





Tomando en cuenta todo lo anterior, porqué entonces tenemos esa tendencia hacia la autodestrucción? Porqué nuestro sistema nervioso puede colapsar ante la más minima provocación? y sobre todo, porqué nuestro sistema afectivo, depende tanto de lo que nuestro medio ambiente y sus habitantes nos demuestran?



Suena ilógico, que un simple día sin sol, pueda hacer decaer nuestro organismo, nos aletargue y nos provoque melancolía y tristeza. Que una tarde de lluvia, nos haga querer pasarla acurrucados en un sofá o en la recamara, dormidos o viendo tv.



Y qué decir, de si nuestra sensibilidad llega a captar las malas vibras de la gente que nos rodea? En fin, el ser humano es sumamente perceptivo inconcientemente ante todo lo anterior. Se jacta de la supremacía entre los animales, pero se dobla ante la tristeza de un día de lluvia



Cuando la sensación de tristeza es solo momentanea, y se logra desterrar con facilidad ante la inminente salida del sol, el problema ha quedado resuelto, sin embargo, que pasa si esta sensación de tristeza e infelicidad perdura por días enteros, y se asienta en nosotros sin querer alejarse de nuestra persona? Cómo lidiamos con un enemigo invisible que se apodera de nuestra voluntad y logra hacer que nos encerremos en nosotros mismos, apartandonos de la gente que nos quiere y aislandonos hasta hacernos sentir ajenos a todo y a todos?.



Es ahi donde hay que estar alertas porque corremos el inminente riesgo de caer en un profundo hoyo negro llamado depresión.




Muchas veces, sentimos que el universo conspira en nuestra contra, y nos jala hacia el lado opuesto al que nos hemos fijado como meta. Surgen en sí, una serie de eventos desafortunados que van sumandose uno a uno hasta lograr una ola gigantesca de problemas para nosotros, en el que llega el momento en el cual sentimos encontramos en un largo y oscuro túnel del que no logramos visualizar su salida.



Nos sumergimos en un estado emocional donde nos sentimos infelices constantemente, y no logramos ver las cosas buenas de la vida ni aún teniendolas frente a nosotros. Olvidamos que hay personas que nos quieren de verdad y que están ahi siempre para ayudarnos y apoyarnos.



Desaparecen de nuestra vista nuestros amigos, familiares y todo aquello que solía provocarnos un segundo de felicidad, y a partir de este momento, sólo logramos ver las cosas malas que nos pasan, las cosas que hacen sentir que vamos en caída libre desde lo más alto del cañon del Colorado y que no hay ningun pequeño saliente del cual asirnos para lograr estabilizarnos y evitar nuestra caída hacia un fatal e incierto destino.



Puedo decirles que cada persona responde de forma distinta ante las depresiones. Hay quienes se dejan llevar por ellas y en el peor de los casos, llegan hasta quitarse la vida. Hay quienes requieren de ayuda médica y se les proporciona tratamiento especial, tanto psicológico cómo medicado y hay otros más, que son ayudados por sus familiares y amigos a salir de ella, cuando se corre con la fortuna de que se den cuenta a tiempo de que se está inmerso en esa crisis emocional.


Como ya saben ustedes, todo lo que escribo se basa en experiencias personales y ésta no es la excepción.



Hace casi cinco años yo misma pasé por un periodo depresivo. Ahora lo recuerdo muy vagamente porque tiendo a aplicar eso de que lo que no te sirve, mejor deséchalo y los malos recuerdos acarreados durante ese negro período son parte de lo que prefiero tirar por la borda, ya que habiendo sido superados, no vale la pena remembrarlos. Lo que si guardo muy cerca de mi corazón es lo que me ayudó a superar esta etapa lo cual, mencionaré mas adelante.



Como les comento, yo creo firmemente que lo que provocó ese desequilibrio emocional, fueron simplemente una serie de eventos desafortunados que para mi mala suerte, ocurrieron en un espacio temporal muy corto y que no se alcanzaron a asimilar uno a uno como era debido, por ende provocaron esta situación.



En primera instancia, la pérdida de un ser querido a una temprana edad producto de una enfermedad muy desgastante y fuerte, problemas en el trabajo, una autoestima algo endeble, la lejanía de mis amigos por la época de estudio y sobretodo, la falta de un compañero sentimental, lo que hacía que mi alma se sintiera muy sola.



Por otro lado, cambios constantes en mis hábitos personales, producto de varias circunstancias en el seno familiar lograron terminar de desestabilizar mi mundo, el cual había permanecido durante muchos años resguardado dentro de una burbuja en un universo color de rosa.



Es curioso, como la sensación de depresión se compara como un barco en altamar en medio de una poderosa tormenta, donde tú eres el único sobreviviente de la embarcación que ha quedado destruida por los vaivenes del mar y su poderosa acción embravecida.






En ese momento, en el cual sientes que la vida se te va, buscas con vehemencia una tabla a la cual asirte para lograr mantenerte a flote en lo que el rescate llega. No importa el tamaño, tipo o clase de tabla, lo que importa es lograr mantenerte a flote. Da lo mismo si es un hermoso trozo del barco o un horrendo pedazo de tronco, lo que importa en realidad es no ahogarte en ese mar de problemas.



Y es en ese momento que pasa algún pedazo de tronco flotando y te aferras a él para no hundirte. Mientas tanto, sigues luchando en ese océano de incertidumbre hacia donde el madero te lleva, esperando cada minuto, lograr ver una isla, barca o bote, que te rescate y te saque de ese infortunio en el que estas inmerso y te salve también, del tronco al cual, tu mismo te aferraste para no morir ahogado.

Entonces, después de días de estar flotando en el mar, unido irremediablemente a ese trozo de madera, te das cuenta de que es precisamente éste, al cual consideraste tu salvavidas, el que no te deja avanzar, el que te mantiene flotando en un mismo pedazo y el cual está haciendo que mueras lenta y dolorosamente. Y en ese instante, cuando te das cuenta de eso, caes en cuenta de que prefieres soltarte del sucio madero y dejarlo todo a lo que el destino tenga destinado para ti.



En ese momento, cuando te hundes hacia el fondo del mar, por unos instantes crees que tu vida se acaba, cuando ya has perdido toda esperanza, lo único que te queda es tocar fondo. Y eso es precisamente lo que logra salvarte.



Así es, como la misma ley de la física lo indica, una vez que has tocado fondo, lo único que te queda es precisamente subir. SI, SUBIR. Subir con todas tus energías hacia la superficie de ese mar de problemas y cuando llegas a ella, logras ver el brillo del sol, del cual ya te habías olvidado y te encuentras con que tienes por un lado el sucio madero, el cual pensaste que salvaria tu vida, y por el otro, la orilla del mar, la cual no habías volteado a ver, por estar aferrada al madero.

Te das cuenta de que estás a solo unos cuantos metros de volver a comenzar, y que aguarda por tí una isla paradisiaca con verdaderas sorpresas, ya que en ella te encuentras que todos los amigos que creíste perdidos en el naufragio, lograron nadar hasta la orilla, que siempre han estado ahí, esperandote, con la esperanza de que voltearas a mirarlos ya que nunca escuchaste cuando te gritaron para que los siguieras. Tú, que estabas tan ocupada con tu propia desdicha, que pensaste que los habías perdido a todos, y te aferraste con uñas y dientes al sucio pedazo de madera, te encuentras con que todo aquello que consideraste malo, ya pasó. Que la tormenta terminó y que ahora, un arcoiris enmarca la promesa de un destino mejor.



Te das cuenta, de que si en lugar de haberte aferrado al madero, hubieras seguido nadando, toda la pesadilla habría terminado mucho antes, y no estarías sufriendo los estragos del cansancio y la insolación.



Sin embargo, ya nada de eso importa, porque dejaste el madero atrás, en medio del océano, y tú, comenzaste una vida plena llena de felicidad, en un mundo nuevo que te ofrece todo aquello que siempre quisiste. Y donde jamás, volverás a sentirte triste o sola, porque hay mucha gente que te ama y que daría la vida por tí, solo para que estuvieras a salvo, sonriente y feliz.



Por ello, si somos la máxima creación divina, desde el punto de vista religioso, o si somos la especie superior, desde el punto de vista evolutivo, NO permitamos que la depresión de apodere de nosotros.


Demostrémos nuestra capacidad de superar las expectativas del universo y de todas las adversidades que encontremos, tomemos lo bueno, lo que nos deja de aprendizaje y lo que nos hace ser mejores personas. Lo negativo, lo triste, lo malo o lo desagradable, dejémoslo atras, para que no carcoma nuestra alma y nos permita ser verdaderamente libres.



Ahora, estoy feliz en todos los aspectos de mi vida, estoy en un ambiente profesional que me permite desarrollarme y mejorar todas mis capacidades día con día. Tengo una familia maravillosa y una pareja que me ama. La tormenta terminó hace ya cuatro años y tres meses. El arcoiris no ha dejado de salir y aunque hay días en que amenaza con haber mucha lluvia, al final, el sol siempre volverá a brillar.



Ante todo, tengamos en mente que "Nadie puede hacernos daño, si nosotros no lo permitimos". Y también el hecho de que nosotros podemos detectar cambios en nuestro estado anímico, por lo que a la mínima señal de peligro, lo mejor es comer una enorme barra de chocolate. No es broma, el chocolate tiene entre sus múltiples propiedades el levantar el ánimo de las personas que lo consumen, por lo que se recomienda comer un poco cuando nos sentimos tristes por alguna razón.
También puedo sugerirles salir de compras, pero eso ya depende de cada uno y su capacidad adquisitiva. Lo importante, es realizar todas aquellas actividades que pueden levantar nuestro estado de ánimo y nos proporcione un sentimiento de satisfacción y felicidad.
Mantengamos cerca a nuestros amigos y seres queridos y no nos aferremos al primer madero que veamos flotando en el mar, mejor abramos nuestros horizontes para poder ver el paraiso que nos espera a la orilla.

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